¿Quién era David Niven?
Datos | Información |
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Nombre completo | James David Graham Niven |
Lugar de nacimiento | Londres, Inglaterra |
Fecha de nacimiento | 1 de marzo de 1910 |
Fecha de fallecimiento | 29 de julio de 1983 (73 años) |
Nacionalidad | Británica |
Formación | Academia Militar de Sandhurst |
Profesión | Actor, escritor, militar |
Años activo | 1932–1983 |
Biografía extensa


David Niven nació el 1 de marzo de 1910 en Londres, hijo de la aristócrata Henrietta Julia Degacher y del teniente William Niven, caído en Gallípoli cuando David tenía cinco años.
Entre Inglaterra y Escocia—donde pasaba los veranos en el castillo de su abuelo—cultivó dos rasgos que nunca perdería: el sarcasmo elegante y una inclinación natural a la travesura (fue expulsado de la escuela de Heatherdown por disparar a un profesor con un rifle de perdigones).
Su madre, Henrietta, se volvió a casar, y la infancia de David estuvo marcada por la disciplina, la tradición y cierta rigidez familiar.
A pesar de su carácter indisciplinado, estudió y se graduó en los prestigiosos Stowe School y, más tarde, en la Real Academia Militar de Sandhurst. Allí, con 20 años fue nombrado subteniente en el regimiento Highland Light Infantry, una unidad del ejército británico.
En ésta época trató de aprender de la rutina, la esgrima, y la disciplina marcial además de poder sumarse a los tradicionales banquetes, galas y partidas de polo cuando no estaban en maniobras.
De oficial aburrido a buscavidas en América
A los 23 años comprendió que la vida de cuartel era menos emocionante que sus bromas, y se fugó—literalmente saltando por una ventana—y cruzó el Atlántico a buscar una nueva vida en la prometedora América.
En una entrevista al programa de Cliff Michelmore (en 1968 para la televisión británica), explicó cómo cuando llegó a Nueva York vendió whisky recién terminada la Ley Seca; en Atlantic City montó una ruinosa pista de carreras de ponis en interiores, y según sus palabras:
“Luego me fui a Cuba con una idea absurda de que iba a convertirme en mercenario, …Y, por increíble que parezca… Batista era el gran revolucionario por entonces, y yo pensé, como experto en ametralladoras, que podría conseguir un trabajo. Hice algunas afirmaciones bastante exageradas en el bar Sloppy Joe’s de La Habana, diciendo que estaba – disponible para ser contratado, ya sabes – . Al día siguiente, un hombre muy amable de la embajada británica me despidió… y me dio 24 horas para salir del país.”
Así mismo le metieron en un barco japonés camino de California, y de esa forma tan pintoresca, acabó Niven llegando a la meca del cine.
Carrera como actor
Comienzos de exta en el Western
La necesidad económica hizo que se metiera a trabajar de lo que fuera en Hollywood, llegó a los estudios en una época en la que la única forma de entrar en el negocio era siendo extra, y todos eran aspirantes a estrellas.
Su primer papel en el cine fue en un western desconocido llamado Hoboloncas, donde a pesar de su origen anglosajón hizo de bandido mexicano. Entonces se rodaban las películas en grupos de tres para abaratar costes y en aquella época llegó a rodar 27 westerns en los que no tenía ni una frase.

Pero tuvo la suerte de que el productor Samuel Goldwyn detectara su carisma y le confió pequeños papeles pero vistosos en La carga de la Brigada Ligera y Desengaño (Dodsworth) ambas de 1936, un año en el que llegó a estrenar 4 películas más.
Y después de tanto estrenar, en 1939 consiguió el papel de Edgar Linton en Cumbres borrascosas, la obra maestra de William Wyler que ya le había dirigido en Desengaño, y trabajando con Laurence Olivier. Todo un salto, que le permitió coprotagonizar Eternamente tuya con Loretta Young el mismo año.
Paréntesis durante la Guerra Mundial
Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial regresó a casa, uno de los pocos actores de Hollywood que se alistó. Durante su servicio estuvo en los Commandos (unidades de élite del ejército británico), planificó operaciones logísticas clave para el Desembarco de Normandía, alcanzó el rango de teniente coronel y recibió la Legión al Mérito de EE. UU. por su labor de enlace aliado.
Reconquista de la pantalla grande (1946‑1959)

Tras colgar el uniforme, Niven volvió a al cine dispuesto a demostrar que podía ser algo más que el eterno secundario elegante. Michael Powell y Emeric Pressburger le ofrecieron el papel perfecto: el piloto Peter Carter en A vida o muerte (1946).
Media hora bastó para enamorar al público: David Niven cae en picado con su bombardero en llamas tras un ataque en plena Segunda Guerra Mundial. Solo, herido y sin paracaídas, se despedía por radio de la operadora americana que había conocido minutos antes.
En medio del humo y la desesperación, soltaba una de las frases más románticas —y desesperadas— del cine británico: «June? I love you…». La idea original de la película mezclando el blanco y negro (muerte) con el Technicolor (vida), fue un gran acierto que encantó a los fans.

Un año después se enfundó la sotana (y la duda) en La mujer del obispo (The Bishop’s Wife – 1947) junto a Cary Grant y Loretta Young. Interpretaba al obispo Henry Brougham, empeñado en levantar su catedral pero descuidando su matrimonio. Un film navideño al estilo Qué bello es vivir, que recaudó una fortuna y convirtió a Niven en rostro familiar para los norteamericanos.
Tras éste éxito encadenó rodajes a ambos lados del Atlántico. En Hechizo (Enchantment, 1948), un drama británico de posguerra sobre amores perdidos y segundas oportunidades, mostró su lado más melancólico y ese mismo año encarnó a un personaje histórico en El último Estuardo (Bonnie Prince Charlie), un ambicioso biopic donde intentó, sin mucho éxito comercial, revivir la leyenda del joven pretendiente al trono escocés.
De vuelta en Estados Unidos, se dejó llevar por el tono ligero en comedias como Un beso en la oscuridad (A Kiss in the Dark, 1949), junto a Jane Wyman, y A Kiss for Corliss, también de 1949, en la que compartía cartel con una ya adolescente Shirley Temple.

Durante los siguientes años siguió rodando sin parar, pero sin conseguir ningún éxito hasta 1953, cuando llegó La luna es azul de Otto Preminger. En plena era del Código Hays, Niven se paseó por la pantalla soltando la palabra «virgen» sin ruborizarse, algo que hoy en día sería mímio, provocó un escándalo publicitario que ayudó al éxito de la película.
3 nominaciones a los Óscar entre ellas a la revelación Maggie McNamara como actriz y donde sí acabó como ganadora fue en los Globos de Oro, a la mejor película y mejor actor para David Niven.
A la cima de su carrera
Durante los siguientes años, Niven no levantó el pie del acelerador. Se dejó ver con frecuencia en televisión, probando su carisma en pequeños formatos, y rodó varias producciones británicas La lotería del amor (The Love Lottery, 1954) jugaba con la fama y el azar con su ironía habitual, y en Esta es la noche (Happy Ever After, también de 1954), una comedia de enredos rurales. Pero la verdadera sorpresa llegó con Consejo de guerra (Carrington V.C., 1955), donde bajo la dirección de Anthony Asquith interpretó en un sobrio papel a un oficial acusado de malversación.
Y entonces volvió Hollywood para consagrar un nuevo taquillazo, La vuelta al mundo en 80 días (1956), fue su bautismo como protagonista absoluto. Además el productor Mike Todd lo nombró asistente de producción no oficial; en ella Niven sugirió cameos, aprobó casting y casi se mata (borracho de Brandy Hennessy) colgado de un globo con el gran Mario Moreno Cantinflas. Una anécdota muy curiosa que te contamos en la sección de Curiosidades.


Esta superproducción, que contaba también con Frank Sinatra y Shirley MacLaine, estuvo nominada a 8 Óscars de la academia, de los cuáles ganó 5 incluida a mejor película, y acabó con Phileas Fogg para siempre asociado al bigote impecable de David.
Para entonces, Niven no era un sex symbol… básicamente porque el concepto masculino todavía no se había inventado. Pero si hubiese existido, su nombre estaría tallado en mármol junto al de Clark Gable y Cary Grant. No tenía los pectorales de un Tarzán ni la mandíbula de un cowboy, pero su combinación de elegancia británica, sonrisa socarrona y modales impecables lo convertían en el perfecto “gentleman” de las fantasías femeninas.
Dos años después, Niven aparcó el charme de Phileas Fogg y se dejó las plumas en Mesas separadas (Separate Tables, 1958). El proyecto, dirigido por Delbert Mann sobre dos piezas cortas de Terence Rattigan, reunía a un elenco de quilates –Rita Hayworth, Deborah Kerr y Burt Lancaster –, pero fue Niven quien se llevó todas las miradas con apenas 23 minutos en pantalla, el metraje más breve que ha ganado un Óscar a mejor actor.

Su Mayor Angus Pollock es un ex‑militar reprimido, tartamudo y fanfarrón que presume de medallas inventadas y esconde una detención por conducta indecente en un cine. Para dotarlo de humanidad, Niven afinó cada vacilación, consultó a psiquiatras sobre la vergüenza patológica y se embutió en un abrigo dos tallas mayor que lo hacía parecer más encogido. El resultado fue demoledor: la crítica habló de «la actuación más contenida y valiente de su carrera».
La noche del 6 de abril de 1959, cuando Irene Dunne pronunció su nombre en el Pantages Theatre, Niven subió al escenario cargado de amuletos y soltó el que aún hoy figura entre los discursos más cortos de la Academia:
“Voy tan cargado de amuletos de la suerte que apenas he podido subir las escaleras. La gente lleva treinta años diciendo gracias por los Oscar, y no tengo nada que añadir excepto… gracias.”

En 1961, la épica llamó a su puerta de la mano de J. Lee Thompson: Los Cánones de Navarone. Compartió cartel con Gregory Peck y Anthony Quinn, encarnando al ingeniero experto en explosivos que desarma un cañón nazi mientras ironiza sobre la pólvora. Fue la cinta más taquillera del año y demostró que Niven podía sudar pólvora sin perder el chaleco.
El ladrón más elegante y un 007 para Casino Royale pintoresco

Para años 60 ya era uno de los actores con más caché de Hollywood y era elegido desde la génesis para protagonizar películas cómo para el nuevo proyecto de Blake Edwards, La Pantera Rosa (1963).
El director quería un film elegante sobre robos y fiestas sofisticadas con un ligero toque de comedia, pero la entrada en el reparto de Peter Sellers dió un giro completo a la película. Conoce la historia en la ficha de The Pink Panther.
Y ese mismo año trabajó en una nueva superproducción, 55 días en Pekín, con Charlton Heston y Ava Gardner. Una de las últimas películas de Nicholas Ray, y una obra en mayúsculas del productor Samuel Bronston. 55 Days at Peking fue un rodaje titánico en Las Rozas (Madrid) con cientos de extras españoles y mil quinientos asiáticos.

Niven fue alabado entre el elenco por interpretar a Arthur Robinson, embajador británico que toma la decisión de quedarse en China, a pesar de las revueltas nacionalistas contra la ocupación occidental.
Y después de varios trabajos de nuevo entre el cine británico y Hollywood de la que destaca Ojo del diablo (1966) con Deborah Kerr llegó una rareza que sin duda marcó estos años.

Casino Royale (1967) es una rareza total dentro del universo 007, una especie de parodia psicodélica con un reparto de ensueño, siete guionistas, cinco directores y cero brújula. Es lo que pasa cuando tienes los derechos de la primera novela de Ian Fleming… pero decides que el espionaje serio está sobrevalorado y prefieres hacer una fiesta con Peter Sellers, Orson Welles, Ursula Andress, y muchos más cameos famosos.
David Niven fue Sir James Bond, ya jubilado pero reclutado para volver a salvar el mundo y un jovencísimo Woody Allen era Jimmy Bond, el sobrino neurótico de 007 (sí, esto existe de verdad). La música, eso sí, es gloria pura: la banda sonora de Burt Bacharach, con el tema principal «The Look of Love» cantado por Dusty Springfield, se convirtió en un clásico del pop. Y fue nominada al Oscar.
Tras ella, tuvo varios fracasos en el cine británico ya entrados en la década de los 70, pero volvió a tener un par de éxitos más en sus últimos coletazos. Con Peter Sellers volvería a coincidir en Un cadáver a los postres (1976)
- Un cadáver a los postres (1976) – Reunión de detectives salidos de la pluma de Neil Simon; con Peter Sellers de nuevo y Alec Guinness. Aquí Niven y Maggie Smith hacen de matrimonio Charleston, en esta parodia policiaca.
- Y Muerte en el nilo (1978) – Adaptación de Agatha Christie con un inolvidable Peter Ustinov haciendo de Hércules Poirot, rodeado de un elenco envidiable; Angela Lansbury, Bette Davis, Mia Farrow, George Kennedy y por su puesto Niven interpretando a un sagaz abogado que ayuda a Poirot en la resolución de crímenes.
Televisión y últimos destellos (1959‑1983)

Entre estreno, Óscar y estreno, presentó The David Niven Show (1959) para la cadena NBC, ganó un Emmy como narrador y se paseó por The Tonight Show repartiendo anécdotas.
y ya en los años 80, la ELA empezó a robarle la voz, pero aún tuvo fuerzas para embarcarse en nuevas aventuras de sobre el diamante felino, Tras la pista de la pantera rosa, con imágenes de Sellers ya fallecido, y La maldición de la pantera rosa (1982‑83). Su última película fue Ménage à trois (1983) de nuevo con Maggie Smith y Mancini a la batuta de la música.
David Niven escritor, su faceta literaria
Aunque al principio lo consideraba un hobbie, en los años 70 se puso ante la máquina de escribir para redactar dos autobiografías con un éxito notable.
The Moon’s a Balloon (1971) y Bring on the Empty Horses (1975) Son joyas de humor, memoria y cotilleo con clase. Niven demuestra que además de actor, fue un narrador magistral. En ellas narra algunas de las historias inverosímiles con clase que contaremos en sus curiosidades.
Vida personal y fallecimiento
David Niven se casó en 1940 con Primula Rollo, una joven británica de la alta sociedad con la que tuvo a su primer hijo, David Niven Jr. Su matrimonio parecía feliz… hasta la tragedia. En 1946, durante una visita a Tyrone Power, Primula cayó por unas escaleras tras una broma inocente en casa de unos amigos y murió. Tenía solo 28 años. Un suceso increible que dejó a Niven devastado.
En 1948 volvió a casarse, esta vez con la modelo sueca Hjördis Genberg. Fue un matrimonio largo pero turbulento, con separaciones, tensiones y diferencias irreconciliables. Pero tuvieron un a su segundo hijo biológico, Jaime, y el matrimonio adoptó también dos hijas Kristina y Fiona Niven, a pesar de su agitada vida profesional fue un padre muy implicado.

El actor fue también un hombre muy querido entre sus amistades, Errol Flynn, Cary Grant y Clark Gable eran algunos con los que más cercanía tenía.
Durante la grabación del programa David Niven’s World, y más aún en las últimas entrevistas, se notaba una pérdida progresiva de fuerza en el habla. Se le diagnosticó Esclerosis Lateral Amiotrófica en 1981, y la enfermedad se desarrolló rápidamente.
Murió en 1983 a los 73 años por causa del ELA, rodeado de su familia en Suiza, con la misma discreción con la que vivió.
Películas de David Niven
En sus dos etapas como actor trabajó en más de 90 películas, además de todas las que ya hemos repasado dejamos aquí todas las películas en las que participó.
Ver filmografía completa aquí
Título en español | Título original | Año de estreno |
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There Goes the Bride | There Goes the Bride | 1932 |
Cleopatra | Cleopatra | 1934 |
La huella del pasado | Without Regret | 1935 |
Esplendor | Splendor | 1935 |
La tragedia de la Bounty | Mutiny on the Bounty | 1935 |
La ciudad sin ley | Barbary Coast | 1935 |
La sublime mentira | A Feather in Her Hat | 1935 |
La carga de la Brigada Ligera | The Charge of the Light Brigade | 1936 |
Thank You, Jeeves! | Thank You, Jeeves! | 1936 |
Rose Marie | Rose Marie | 1936 |
Desengaño | Dodsworth | 1936 |
Adorable enemiga | Beloved Enemy | 1936 |
We Have Our Moments | We Have Our Moments | 1937 |
El prisionero de Zenda | The Prisoner of Zenda | 1937 |
Cena en el Ritz | Dinner at the Ritz | 1937 |
Three Blind Mice | Three Blind Mice | 1938 |
La escuadrilla de la aurora | The Dawn Patrol | 1938 |
Cuatro hombres y una plegaria | Four Men and a Prayer | 1938 |
La octava mujer de Barba Azul | Bluebeard’s Eighth Wife | 1938 |
Cumbres borrascosas | Wuthering Heights | 1939 |
La jungla en armas | The Real Glory | 1939 |
Caballero y ladrón | Raffles | 1939 |
Eternamente tuya | Eternally Yours | 1939 |
Mamá a la fuerza | Bachelor Mother | 1939 |
El gran Mitchell | The First of the Few | 1942 |
Hacia adelante | The Way Ahead | 1944 |
A vida o muerte | A Matter of Life and Death | 1946 |
La primera dama | Magnificent Doll | 1946 |
La mujer del obispo | The Bishop’s Wife | 1947 |
El otro amor | The Other Love | 1947 |
Un matrimonio perfecto | The Perfect Marriage | 1947 |
Hechizo | Enchantment | 1948 |
El último Estuardo | Bonnie Prince Charlie | 1948 |
A Kiss in the Dark | A Kiss in the Dark | 1949 |
A Kiss for Corliss | A Kiss for Corliss | 1949 |
El libertador | The Elusive Pimpernel | 1950 |
Las redes del amor | The Toast of New Orleans | 1950 |
Tres soldados | Soldiers Three | 1951 |
Ella dice no | The Lady Says No | 1951 |
Cita con Venus | Appointment with Venus | 1951 |
Horas de ensueño | Happy Go Lovely | 1951 |
La luna es azul | The Moon Is Blue | 1953 |
Esta es la noche | The Love Lottery | 1954 |
La lotería del amor | Happy Ever After | 1954 |
Consejo de guerra (Carrington V.C.) | Carrington V.C. | 1955 |
El ladrón del rey | The King’s Thief | 1955 |
La vuelta al mundo en 80 días | Around the World in 80 Days | 1956 |
The Birds and the Bees | The Birds and the Bees | 1956 |
The Silken Affair | The Silken Affair | 1956 |
Un mayordomo aristócrata | My Man Godfrey | 1957 |
Oh, Men! Oh, Women! | Oh, Men! Oh, Women! | 1957 |
La cabaña | The Little Hut | 1957 |
Mesas separadas | Separate Tables | 1958 |
Buenos días, tristeza | Bonjour Tristesse | 1958 |
Happy Anniversary | Happy Anniversary | 1959 |
Todas las mujeres quieren casarse | Ask Any Girl | 1959 |
No os comáis las margaritas | Please Don’t Eat the Daisies | 1960 |
Los cañones de Navarone | The Guns of Navarone | 1961 |
Su mejor enemigo | The Best of Enemies | 1961 |
Al final de la noche | Guns of Darkness | 1962 |
La ciudad cautiva | La città prigioniera | 1962 |
Dos frescos en órbita | The Road to Hong Kong | 1962 |
55 días en Pekín | 55 Days at Peking | 1963 |
La pantera rosa | The Pink Panther | 1963 |
Dos seductores | Bedtime Story | 1964 |
Lady L | Lady L | 1965 |
¿Dónde están los espías? | Where the Spies Are | 1966 |
Ojo del diablo | Eye of the Devil | 1966 |
Casino Royale | Casino Royale | 1967 |
La edad difícil | The Impossible Years | 1968 |
¡Prudencia…! Prudencia | Prudence and the Pill | 1968 |
Cadenas de libertad | Before Winter Comes | 1969 |
El cerebro | Le Cerveau | 1969 |
The Extraordinary Seaman | The Extraordinary Seaman | 1969 |
El placer de las damas | The Statue | 1971 |
¡El salto del tigre! | King, Queen, Knave | 1972 |
Vampira | Old Dracula | 1975 |
Emboscada en Extremo Oriente | Paper Tiger | 1975 |
Un cadáver a los postres | Murder by Death | 1976 |
Un secuestro de locos | No Deposit, No Return | 1976 |
El secreto del castillo | Candleshoe | 1977 |
Muerte en el Nilo | Death on the Nile | 1978 |
Evasión en Atenea | Escape to Athena | 1979 |
Un ruiseñor cantó en Berkeley Square | A Nightingale Sang in Berkeley Square | 1979 |
Golpe audaz | Rough Cut | 1980 |
Lobos marinos | The Sea Wolves | 1980 |
Tras la pista de la Pantera Rosa | Trail of the Pink Panther | 1982 |
Ménage à trois | Better Late Than Never | 1983 |
La maldición de la pantera rosa | Curse of the Pink Panther | 1983 |
Premios del actor
Organismo (año) | Película / Motivo | Resultado |
---|---|---|
Oscar (1958) | Mesas separadas | Ganador – Mejor actor |
Globo de Oro (1953) | La luna es azul | Ganador – Mejor actor |
Globos de Oro (1981) | Trayectoria | Cecil B. DeMille Award |
Curiosidades
La escena en globo junto a Cantinflas
Durante el rodaje de La vuelta al mundo en 80 días, Niven leyó en el guion que su personaje, Phileas Fogg, debía sobrevolar los Alpes en globo. Con su conocido vértigo, su respuesta fue clara: «Yo no cruzo los Alpes en nada que no tenga raíles». Mike Todd, el productor, le preguntó cuál era su límite. Niven contestó: «Un metro treinta y ocho». Literal. Lo puso por contrato.
Pero el día del rodaje llegó, y allí estaba la grúa más alta del mundo con una cesta colgando, preparada para una toma aérea sobre un cañón. A su lado, Mario Moreno «Cantinflas», su compañero de escena, tan torero como actor, también se negaba a subir. Todo parecía controlado, hasta que vieron aparecer a los dobles: dos tipos con aspecto de orangutanes, uno con el sombrero de copa de Niven y otro con la boina de Cantinflas.

«No puedo dejar que ese doble mío se suba ahí«, murmuró Cantinflas mientras se acercaba a la cesta. Y claro, Niven no podía permitir que el orgullo del Imperio Británico quedase por debajo del valor del comediante mexicano. «Solo hay una forma de hacerlo«, dijo. «Traed el brandy Hennessy». Se bajó casi la botella entera. Y así, tambaleante, borracho y colgado de una cesta a 200 metros de altura, Niven rodó una de las escenas más recordadas…
Cambio de profesión por escritor
Normalmente, cuando rellenas la tarjeta del vuelo y preguntaban “profesión”, el Niven siempre ponía “actor”. Una vez, cuando regresaba a su casa desde Niza, decidió probar algo.
En el formulario del aeropuerto, esta vez puso «escritor». Al entregárselo al funcionario de aduanas francés, este lo miró con desconfianza y le dijo:
- ¿Escritor? ¿Por qué ha cambiado de profesión?
- Bueno —respondió Niven, con su mejor sonrisa—, quizás no lo ha oído, pero he escrito un bestseller.
El agente arqueó una ceja, seco como una tostada sin mantequilla:
- Eso no le convierte en escritor. Le convierte en un golpe de suerte.
Esto le pasó tras sacar su autobiografía The Moon’s a Balloon, todo un éxito. Niven, claro, se echó a reír. Porque tenía razón. Y porque esa frase, dicha en francés y con desprecio burocrático, era tan perfecta… que merecía estar en su siguiente biografía.
¿Por qué recordaremos a David Niven?

David Niven fue mucho más que un gentleman con bigote. Fue también un autor inesperado que, sin buscarlo, conquistó a miles de lectores con unas memorias escritas «por partes» entre copas, bromas y vacaciones navideñas.
Decía de sí mismo: «Soy un mal actor de teatro, un actor decente de cine, pero eso sí: nunca llegué tarde en 40 años«
No se tomaba en serio —al menos en apariencia—, pero trabajaba con un rigor impecable.
Su legado además de en películas como 55 días en Pekín o La pantera rosa, estaba en la forma en que vivió, escribió y se despidió: con una ceja levantada y una sonrisa de lado. Fue símbolo de una época dorada, modelo de profesionalidad, narrador ingenioso y actor con alma.
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